¿Todos somos neurodivergentes? ¡oh, no lo creo! pero quédate igualmente, porque en este breve artículo, te contaré por qué (lo seas o no) necesitas aprender este poco sobre ello.
Y si prefieres escucharlo, aquí lo tienes en formato episodio de podcast:
Pero empecemos viendo por qué te interesa aprender de neurodivergencia: El primer motivo es que...
Puede que seas neurodivergente y no lo sepas.
Las tasas de diagnóstico son mucho menores a la proporción de personas neurodivergentes en todas las neurodivergencias (TDAH, autismo, altas capacidades...). Es decir, no todas las personas neurodivergentes están diagnosticadas, y esto es especialmente cierto en mujeres y personas con alta sensibilidad y/o inteligencia.
Por ejemplo, en altas capacidades en España se detecta al 36% de las niñas y al 64% de los niños -- ahora, imagínate cuántos adultos (y adultas) no se han identificado. En TDAH, se estima que los hombres reciben diagnóstico entre los 7 y 8 años, mientras que la edad media de identificación en las mujeres es entre los 36 y los 38. Se estima también que el 80% de mujeres autistas reciben diagnóstico en la edad adulta.
En las tres, las cifras de prevalencia están aumentando y oye, podría ser porque hay más personas neurodivergentes ahora; pero mi primera hipótesis no sería esa. Más bien, pienso que hay muchos estereotipos en cuanto a cómo se manifiesta una neurodivergencia, especialmente porque históricamente se han investigado en niños (género masculino y de corta edad). Esos estereotipos nos impiden identificar a personas neurodivergentes a nuestro alrededor (porque no coinciden con esa imagen que tenemos de esa neurodivergencia), o sospechar que nosotros mismos podemos serlo.
Por ejemplo, muchos de nosotros tenemos en la cabeza que una persona con TDAH es un niño inquieto, disruptivo y quizá gracioso. La imagen mental más común del autismo es un niño, no solo autista sino con discapacidad intelectual, desregulado y sin habilidades sociales. Lo que a muchas personas les viene a la mente cuando se menciona "altas capacidades" o "superdotado" es un genio, un niño que se le dan bien las matemáticas y crecerá para convertirse en Einstein, que quizá cuestiona todo y es particular en sus gustos o conductas.
Yo misma, antes de interesarme por este mundo, me regía por esas mismas imágenes mentales, que oye, son una cara de cada una de esas neurodivergencias, pero para nada la única. Resulta que yo, que pensaba que no había estado en contacto con nadie neurodivergente, ¡soy neurodivergente y no lo sabía!
Ahora, incluso aunque tú no seas neurodivergente,
interactúas con muchas personas neurodivergentes (que o bien saben que lo son o no).
Se supone que en nuestro círculo de amigos y conocidos hay 400 personas de media, pues en tu círculo cercano hay entre 60 y 80 personas neurodivergentes. Y eso sin contar con todas las personas con las que interactuas fuera de tu círculo: en el supermercado, en una tienda, en una red social…
No hay datos exactos (precisamente porque hay muchas personas neurodivergentes sin diagnosticar), pero se estima que entre el 15% y 20% de la población tiene un desarrollo neurológico diferente (neurodivergentes), entre los que entran altas capacidades, TDAH, autismo, dislexia, alta sensibilidad, Síndrome de Tourette...
Aprender sobre cómo experimenta el mundo una persona desde otro tipo de sistema nervioso te puede ayudar a encontrar formas de interactuar, trabajar, comunicaros... satisfactorias para ambos.
El tercer motivo que hace que indagar en el mundo de las neurodivergencias sea interesante para cualquier persona es que
ser neurodivergente es una experiencia humana.
Y con eso no quiero decir que deberíamos aprender los unos de los otros para mostrarnos compresión y compasión (que por supuesto que sí), sino que los retos de las personas neurodivergentes son retos que no solamente vivimos nosotros.
Así que nuestras experiencias, historias, herramientas, prácticas y soluciones te pueden ser de mucha ayuda cuando vivas esos mismos retos.
Por ejemplo, yo, como altas capacidades, tengo un pensamiento que nunca para, y que además va a toda velocidad. Te podrás imaginar que con esa base, me ha sido bien fácil experimentar altas dosis de ansiedad y rumiación a lo largo de mi vida. Así que he experimentado con todo: varios tipos de meditación, técnicas de escritura, relajación, diferentes rutinas y planes de alimentación, yoga y otros tipos de ejercicio, técnicas de concentración, varias formas de terapia...
Si en algún momento pasas por un momento de nerviosismo, ansiedad o estrés, te aseguro que voy a tener mucho para compartirte.
Otro ejemplo: tengo muy alta sensibilidad al ruido. Percibo muchos sonidos y mi cerebro no es capaz de filtrarlos, así que pierdo la concentración o los nervios con ruidos como la aspiradora, la lavadora, la vibración de la nevera... Para poder funcionar, he tenido que buscar muchas soluciones, probar una enorme variedad de tapones, auriculares con cancelación de ruido...
Quizá tú, en el momento en que estés sufriendo una obra vecina, te puedas beneficiar de toda mi experiencia.
Entonces, ¿ser neurodivergente qué es exactamente?
Ser neuro·divergente es tener un sistema nervioso diferente a la norma. Es tener un cerebro que aprende diferente, percibe diferente, siente diferente, procesa, razona diferente. Y esto es algo que no se ve desde fuera.
Hay muchos tipos de neurodivergencia, las que he comentado antes (altas capacidades, autismo, tdah) y también dislexia, disgrafia, discalculia, sinestesia, síndrome de tourette, epilepsia, síndrome de Down… Todas esas y más son innatas y genéticas, lo que se llaman condiciones del neurodesarrollo.
Pero si consideramos que ser neurodivergente es tener un sistema nervioso que funciona distinto, también puede haber neurodivergencias adquiridas (y reversibles), como el trastorno de estrés post traumático, ansiedad o un trastorno de la personalidad.
Pero... ¿qué significa? ¿Es mejor o peor?
Para explicar qué significa ser neurodivergente me encanta una metáfora que leí en el libro de Unmasked, de Ellie Middleton, que dice que ser neurodivergente vs. neurotípico es tener un sistema operativo Mac Os vs. Windows. Son distintos, sencillamente, así que cada uno será mejor en unas cosas.
Lo que sí suele pasar es que neurodivergentes sin diagnóstico somos como ordenadores Mac intentando ejecutar programas de Windows. Intentamos hacer lo mismo que el resto, pero no obtenemos los mismos resultados. Pensamos ¿qué estará mal en mí?
Ese es el privilegio de ser neurotípico: los "programas" de la sociedad están diseñados para ese sistema operativo. Las ciudades, el sistema laboral, el sistema educativo, el de salid, los supermercados y tiendas y productos... están diseñados para un cerebro neurotípico y una sensibilidad estándar.
Y ese es un privilegio invisible. Para mí, identificar que soy neurodivergente ha sido crucial para permitirme entender cómo funciono y que no soy una persona fracasada o defectuosa, sino que mi encaje con el sistema no es fluido porque no está hecho para permitirme operar de manera óptima.
Por eso también estoy escribiendo aquí, para poner mi granito de arena en crear espacios en que personas neurodivergentes podamos expandirnos, brillar; "programas" que nos permitan expresar nuestros talentos, canalizar nuestra energía con pasión y propósito; entornos de comprensión para construir un mundo más... ¿inclusivo? No me gusta esa palabra, peor no encontré otra mejor.
Gracias infinitas por leer hasta aquí.
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