Mira que había pasado por profesionales de la salud (por mis problemas digestivos y otros problemas de salud) y de la salud mental (fui a terapia durante 3 años) y, por supuesto, por educadores en el colegio y la universidad; y ninguno de ellos sospechó de neurodivergencia. Cuando empecé a investigar sobre ello, a mis 29 años, empecé a ver señal tras señal. Todas mis diferencias, mis retos y mis talentos se explicaban desde esta lente. Mi historia cobraba sentido con esta explicación.
Para mí el diagnóstico ha sido un antes y un después, y siento no haber tenido esa información sobre mí misma antes. Desafortunadamente, mi historia de diagnóstico tardío la viven muchas personas neurodivergentes, y es especialmente frecuente en mujeres (porque la investigación y las características se han investigado históricamente en varones en la infancia, porque hay un sesgo de identificación, sesgos en las mismas pruebas, estereotipos de género…). Todo esto da para otro artículo o episodio de podcast, pero resumiendo:
Puedes ser neurodivergente y no saberlo.
Especialmente si no has dado problemas, has podido camuflar tus diferencias o compensar con una alta inteligencia tus dificultades.
Ser neurodivergente es tener un sistema nervioso distinto. Es tener un cerebro que aprende, percibe, procesa y siente diferente. Y esto es algo invisible, no se ve desde fuera.
Por eso, todas estas señales no son un criterio diagnóstico, sino características que frecuentemente muestran personas neurodivergentes. Cada persona neurodivergente es diferente, y su neurodivergencia se va a manifestar de una forma, dependiendo de la persona, su capacidad y nivel de camuflaje (adaptación al entorno, enmascarando su naturaleza), el entorno, su historia…
Por eso, puede que seas neurodivergente sin cumplir todas estas señales, y puedes cumplir alguna de ellas sin serlo. Mi intención con ellas es que sepas que estas características se relacionan con alguno o varios tipos de neurodivergencia (altas capacidades, alta sensibilidad, autismo, atención divergente o TDAH, dislexia, Tourette…); y que puedan servir de pista en tu investigación sobre ti misma/o. Fíjate especialmente en las que marco con 💫, porque son las más importantes (y frecuentes).
Empecemos con las señales:
1. Te sientes diferente, pero no sabes por qué 💫
Esto es una sensación, en la que tú te sientes distinto (o incluso te han llamado “rarito” o “especial”) pero es algo que es invisible, a lo que no has podido poner nombre o encontrar una explicación convincente. La mayoría de personas neurodivergentes que conozco y que he visto o escuchado en redes han expresado literalmente frases como “soy de otro planeta” “me siento un extraterrestre” “este mundo no está hecho para mí” o “yo no estoy hecha para este mundo”.
2. Tienes pocos amigos, pero buenos
Las personas neurodivergentes no solemos conectar con todo el mundo. De hecho, al funcionar de manera distinta nuestro cerebro y nuestro sistema nervioso; a otras personas les puede costar entendernos y viceversa.
Muchos de nosotros somos muy capaces de comprender las reglas sociales y enmascarar nuestra forma de ser, cumpliendo las convenciones y ser socialmente exitosos; pero cuando se trata de amistades, nuestras amistades reales suelen ser un número reducido. ¡Ah, y no necesitas estar en contacto continuo con ellos, mandarles mensajes todos los días, sino conectar cuando surja!
3. Actúas según un fuerte sentido de la justicia, muchas veces en perjuicio tuyo
Altos ideales de justicia, justicia social, justicia por los animales y por las personas más desfavorecidas… Muchas personas neurodivergentes tenemos un muy alto estándar de justicia, que hace que nos lancemos a la lucha por causas sociales, o que nos duela mucho más el percibir una injusticia (no solo hacia nosotros mismos, sino hacia otras personas).
4. Tienes muchísima creatividad
Especialmente en TDAH y Altas Capacidades, pero también en autismo y dislexia entre otras, se da lo que se llama pensamiento arborescente, es decir, que una idea te lleva a otra, a otra y luego se enlaza con otra (por ejemplo: estoy comiendo sardinas, que me hace recordar las sardinas a la brasa del quiosco de la playa donde veraneaba mi familia, Ah, quiosco, tengo que ir a comprar el periódico. ¿Tendrán chicles también en el quiosco? Wow, recuerdas la niña del chicle en la película de Willy Wonka, que se estiraba y se volvía azul? Hablando de azul, tengo que comprar hilo azul para coser el bajo de los pantalones…)
5. Te saturas socialmente o tienes una baja batería social 💫
En muchas personas neurodivergentes por varios motivos: primero porque en un entorno con gente normalmente hay muchos estímulos. Gente moviéndose, luces, ruidos, conversaciones que puedan ser intensas emocionalmente…
Y segundo, porque normalmente personas neurodivergentes operamos de manera diferente (y las normas sociales, como el ser políticamente correcto o hacer charla sin sustancia como del tiempo o temas banales puede agotarnos). Estar adaptándonos durante todo ese tiempo a reglas que no nos son naturales es un esfuerzo invisible del que terminamos exhaustos y necesitamos el tiempo en soledad para recargarnos.
6. Tienes una altísima empatía emocional (contagio)
Muchas personas neurodivergentes actuamos como esponjas emocionales, hasta el punto de absorber y sentir intensamente las emociones de los demás. No te tiene que pasar hasta este punto, pero a mí me ha pasado de sentir las emociones de los demás y confundirlas con las mías propias, incluso de sentir dolor físico. Y luego, estando sola, me he dado cuenta de que ya no siento eso, que no era mi emoción sino la de la otra persona.
7. Tus gustos y preferencias son bastante particulares (ropa, comida, interiorismo, …)
Muchos de nosotros tenemos diferencias en la percepción sensorial (percibimos los estímulos con una intensidad anómala: mayor o menor a lo normal). Si tenemos hipersensibilidad, solemos ser más sensibles a ciertos olores, texturas, estéticas… por eso, por ejemplo, puede ser que no toleres las etiquetas en la ropa, o la textura de ciertos tejidos, o llevar ropa apretada. O bien que ciertos alimentos, por su textura, sabor u olor te sean insoportables y al revés, que ames otros por la experiencia sensorial que te ofrecen. O en términos de decoración, que tengas gustos muy particulares (yo por ejemplo, tengo que tener un espacio muy limpio y ordenado, con colores claros y pocas cosas; pero otras personas son al contrario: necesitan color y diferentes formas que les estimulen)
Si, por el contrario, tienes hiposensibilidad, puede que no percibas estímulos a menos que sean extremadamente intensos: por ejemplo, solo darte cuenta que tienes hambre cuando tienes muchísima hambre, o que no percibas el dolor, la temperatura o los sonidos a menos que sean muy fuertes.
8. Te has identificado como PAS (persona altamente sensible)
Muchas personas neurodivergentes, tratando de comprendernos, acabamos descubriendo el término altamente sensible y ¡nos resuena mucho! Puede incluso que algún profesional te haya comentado que puedes serlo o te haya diagnosticado.
Y es posible que se quede ahí (se supone que hasya un 30% de personas tienen alta sensibilidad, una proporción mayor a la estimación de otras neurodivergencias, entre el 15 y el 20%). O bien puede que, en realidad tu sensibilidad sea un rasgo, no de tu personalidad, sino de un sistema nervioso diferente.
En muchas personas neurodivergentes, el umbral de percepción es más bajo, por ejemplo, percibimos ruidos más sutiles, más graves o más agudos que una persona neurodivergente. En otras, es más alto; y también depende de qué tipo de estímulo.
Y, por otra parte, nuestro cerebro filtra menos. Por ejemplo, cuando hay un ruido repetitivo, una persona neurotípica lo percibe al principio, y luego su cerebro se da cuenta de que no es nada peligroso y lo “silencia”, así que a menos que vuelva a fijarse en ello, que alguien se lo diga, no vuelve a percibirlo y puede ponerse a hacer otra cosa sin escucharlo. En cambio, una persona neurodivergente puede tener un filtrado diferente, y seguir percibiendo este sonido.) Y no solamente a sonidos, sino también a luces, olores, multitudes, energías y estados emocionales de otras personas.
Por eso, muchas personas neurodivergentes, en esa búsqueda de “qué me pasa” encuentran información sobre PAS y dicen “soy yo!”. Puede que sí, o que realmente esa sensibilidad responda a que es altas capacidades con un desorden de procesamiento sensorial, o disléxica, TDAH o autista.
9. Eres hipersensible (o hiposensible)
No solamente percibes intensamente ruidos, olores, luces… sino que también reaccionas fuertemente (disgusto, placer, estrés…). Yo, por ejemplo, no es solo que perciba más ruidos y más intensamente, sino que un sonido me puede poner en un estado de alerta, activándome mucho. Me lleno de estrés, como si me enfadara. Es oir el ruido de una obra o de un cortacésped lejano y entrar en tensión.
10. Amas los planes o bien los odias profundamente
Puede que te guste tener organizado lo que vas a hacer, que eso te permita hacerte a la idea, prepararte mentalmente. Puede que si no esté en el plan, te sea muy difícil hacer algo, o que cambiar un plan te produzca agobio.
O bien puede que te ocurra lo contrario: que cuando hagas un plan sientas que el compromiso te agobia, y que no sabes si llegas o no, que llegues tarde y seas incapaz de cumplirlo, así que prefieras fluir.
Odiarlos es más frecuente en TDAH y amar la rutina y la predictibilidad, más propio de autistas.
11. No lo quiero llamar antisistema, porque puede ser muy sutil, pero presentar formas de ser y estar (relaciones, formas de comer, de trabajar) no convencionales
El sistema nervioso (el cerebro, la médula, las neuronas, los nervios) es diferente en personas neurodivergentes, y eso afecta a la forma en la que somos y experimentamos el mundo. Por eso, ciertas formas de ser o de hacer las cosas no funcionen para nosotros. Que algunas “reglas” de la sociedad no tengan sentido (por ejemplo, tener relaciones heteronormativas o trabajar en una oficina). También entra de nuevo el alto sentido de justicia, y puede que adoptemos formas de consumir más éticas (como ser vegano, minimalista…)
12. Eres muy honesto, tanto contigo como con otras personas
Por ejemplo, yo el concepto de “mentira piadosa” no lo entiendo. Para mí, la verdad es un regalo. Y cosas que otras personas toman como algo negativo o “demasiado directo” o “innecesario” (te quedan mejor los pantalones vaqueros que los que llevas), para mí son completamente neutras. Otras personas pueden considerar que soy “demasiado honesta” o incluso borde, pero a mí solamente me parece que soy directa (y también me gusta que sean así conmigo, por ejemplo cuando pido feedback).
13. Tu cerebro funciona por interés 💫
No puedes forzarte a hacer algo que a tu cerebro no le interesa, porque realmente te resulta difícil (ya puede ser algo muy sencillo como hacer una pequeña gestión burocrática o poner la lavadora); mientras que algo que le interesa mucho (y da igual lo complejo que sea) puedes masterizarlo en un tiempo récord.
14. Tienes una relación de amor y/o odio por la rutina
Al igual que con los planes, muchas personas neurodivergentes necesitamos la rutina para funcionar. Nos da sentido de control, de seguridad: un sostén. Necesitamos esa predictibilidad para poder crear, trabajar, funcionar; y de hecho cuando esa rutina se altera (no en términos de que exactamente todo en nuestra rutina esté fijo), sino en términos generales o los bloques que sean importantes para cada uno, nos produce un gran desasosiego, nos desregulamos emocionalmente (estrés). Esto es frecuente sobre todo en autismo, pero también en algunas personas con altas capacidades.
Otras personas no pueden seguir una rutina: necesitan novedad y les agobia la idea aburrida de hacer todos los días lo mismo. Incluso puede que convivan ambas tendencias en la misma persona, que necesite la rutina como el aire para respirar; y al mismo tiempo no pueda mantenerla porque le genera aburrimiento. Esta forma es más frecuente en TDAH y en algunas personas con altas capacidades.
15. Presentas Disforia Sensible al Rechazo
Es decir, una reacción muy fuerte ante un rechazo o crítica reales o percibidos.
Por ejemplo, cuando alguien señala algo que he hecho mal, estoy durante días recordándolo y cada vez me da un pinchazo en el corazón. O si imagínate estoy con mis amigos hablando en la calle y alguien cierra una ventana, directamente pienso que es por mí, que estoy molestando y que le caigo mal.
Supongo que influyen varias cosas. La primera es que a lo largo de nuestra vida hemos recibido mucha incomprensión y rechazo por ser diferentes, así que llueve sobre mojado. Súmale nuestra alta sensibilidad (con lo cual percibimos cosas aunque no se digan) y que los estilos de comunicación son diferentes (hay malentendidos o dificultad en la interpretación de señales) y tenemos un cóctel interesante.
16. Has sufrido bullying (acoso escolar) o mobbing (acoso laboral)
Es muy frecuente para neurodivergentes (tanto diagnosticados como no) haber sido víctima de acoso (en diferentes intensidades) tanto en el colegio como en el entorno laboral. Y en muchos casos no se entiende el motivo. Seguramente ni la persona que te está acosando sabe por qué lo está haciendo.
En mi caso, por ejemplo, recuerdo preguntarme si mi cara era antipática, porque en diferentes cursos en el colegio me hicieron bullying diferentes personas. Yo físicamente no era muy diferente: entonces no tenía aparato, ni sobrepeso, iba a un colegio con uniforme así que la ropa tampoco era un motivo de diferencia… y no entendía nada.
17. No comprendes el comportamiento de la mayoría de las personas
Como experimentamos el mundo de manera diferente, a personas neurotípicas les cuesta entendernos, y viceversa. Esto se llama fenómeno de la doble empatía. Para mí, por ejemplo, me resulta muy difícil de comprender cuando la gente grita por la calle tarde por la noche (es algo que yo no podría hacer, me paralizaría el saber que puedo molestar), así que me resulta muy difícil de entender cuando otras personas lo hacen, qué les lleva a hacerlo… Lo puedo comprender con la mente, encuentro explicaciones, pero aun así no puedo empatizar con la experiencia. O por ejemplo, cuando la gente tiene sexo sin compromiso una noche. Es algo que respeto, pero que yo no sería capaz de hacer, y me cuesta entender cómo se siente o por qué otra persona lo haría.
18. Tienes amigos, pareja o familia neurodivergente
Claro, que esta señal es difícil de ver, porque en ocasiones esas personas no tienen un diagnóstico, pero es muy frecuente que, cuando una persona se da cuenta de que es neurodivergente, se produzca un efecto dominó en su entorno.
En la familia, porque tiene un factor genético. En la pareja y amigos, porque inconscientemente conectamos con personas con las que nos sentimos comprendidos y nos identificamos y, en personas neurodivergentes, con frecuencia esto son… otras personas neurodivergentes.
19. Entras en hiperfoco.
Esto es, un estado de concentración muy profundo durante un largo periodo de tiempo cuando algo te interesa(muchas veces un aprendizaje nuevo, la investigación en algo que te resulta fascinante o una tarea apremiante, urgente).
No prestas atención a nada más y se te olvida al paso del tiempo. A algunas personas incluso se les olvida comer, ir al baño o no se dan cuenta de que les están llamando! Otras simplemente están muy enfocadas y les irrita muchísimo que les interrumpan.
20. Odias las conversaciones de besugos (small talk)
“hola ¿qué tal? bien y tu? bien, la familia bien, bien. ¿Cómo vas en el trabajo? Ya sabes, lo de siempre, haciendo más horas…” Puedes desinteresarte de la conversación (o irritarte mucho, incluso) si se tocan temas muy banales, y en cambio estar profundamente interesado si se habla de un interés especial, un tema fascinante o algo profundamente personal (desde cómo se aparean las ballenas hasta los traumas infantiles).
21. Tienes intereses especiales muy intensos (fijos o cambiantes) 💫
En TDAH y AACC estos intereses suelen ir cambiando, a medida que el aprendizaje es menor. Ya no me reta suficiente o no es tan novedoso y estimulante, así que encuentro otro. En autismo suelen ser más estables a lo largo del tiempo, pero en cualquier caso estos hobbies o intereses son muy importantes, algo de lo que se disfruta muchísimo y trae ese hiperfoco o esa capacidad de estar en estado de flow. Al final, terminamos siendo expertos en esos temas, estén o no relacionados con nuestro ámbito laboral o de estudios.
22. Has sufrido problemas de salud mental
Las crisis existenciales son muy muy frecuentes, especialmente en altas capacidades, pero también la diferencia de sensibilidad, el camuflaje, los episodios traumáticos relacionados con ser incomprendidos, con dificultades escolares, con episodios de acoso; etc. son factores que provocan dificultades con la salud mental en muchas personas neurodivergentes, como problemas de ansiedad, depresión o trastornos de alimentación.
23. Eres muy perfeccionista y/o autoexigente
Visualizas las cosas como te gustaría hacerlas y te esfuerzas por llegar a ese estándar (no por exigencia de otras personas, sino porque tú percibes todo: los fallos, la belleza, …) y estás movido por esa motivación intrínseca de hacerlo con esa perfección. Por ejemplo, el barbero de mi pareja percibe las variaciones en la forma de la cabeza de cada cliente, y cada pequeño fallo en el degradado del corte de pelo; que va corrigiendo hasta que el corte está perfecto para él. No se deja llevar por que el cliente le diga “ah muy bien” sino por su visión, y cuando considera que la ha alcanzado, entonces ha terminado.
Hay otro factor, y es que en tantas ocasiones nos hemos sentido rechazados, que intentamos hacer las cosas perfectas. Tenemos muy altos niveles de autoexigencia como consecuencia de no haber sentido que nuestro trabajo o nuestra forma de ser estaba a la altura. En ocasiones era demasiado (demasiado charlatana, demasiado enérgica, demasiada pasión, demasiado interés) y en ocasiones, demasiado poco (demasiado poco obediente, demasiado poca intervención, demasiado poco esfuerzo...)
24. Tienes otras condiciones de salud
Personas neurodivergentes (AACC, TEA, TDAH) tienen más riesgo de padecer enfermedades autoinmunes, sufrir alergias, asma, intolerancias, problemas gastrointestinales y diferencias metabólicas. También el cuerpo puede regular peor la temperatura, así que puede que seas más sensible al calor y al frío.
25. Eres muy intuitiva/o
Ya hemos hablado de que percibimos más, consciente o inconscientemente estamos procesando más información; pero es que además un cerebro neurodivergente tiene un gran reconocimiento de patrones, encontrando los elementos en común y llegando a conclusiones acertadas al ordenar toda la información.
26. Haces movimientos repetitivos para estimularte o regularte 💫
Por ejemplo, tocarte el pelo, morderte el labio, dar toquecitos con los dedos, morderte las uñas, mover la pierna, rascarte granitos, morder el boli, tamborilear con los dedos de los pies o arrancar el césped. Pueden ser más sutiles, como jugar con una goma de pelo bajo la mesa o más visibles, como dar palmas o saltitos.
Esto en altas capacidades se llama tics, en autismo, estereotipias y en TDAH, fidgeting. Y lo dicho, te pueden ayudar a calmarte en situaciones de estrés, a expresar sentimientos o a liberar energía y concentrarte mejor.
27. Tienes o has tenido comportamientos adictivos
Con la comida, las redes sociales, el alcohol, el sexo, las compras… Esto puede ser por diferentes factores: la diferencia en la regulación de impulsos (especialmente en el TDAH), el estrés y el trauma relacionado con tratar de sobrevivir en un entorno hostil para nuestro sistema nervioso, o la sobrecarga sensorial y emocional (especialmente en alta sensibilidad y en TEA). En mi caso, por ejemplo, la comida ha jugado un papel importante al intentar regularme (muchas veces sin éxito y llegando a lo que podría considerarse atracón).
28. Cuando socializas sientes incomodidad
Aunque lo pases bien, pasar tiempo en un grupo de personas te produce tensión. Puede que te sientas más cómoda/o en presencia de niños, personas mayores o animales (porque con ellos no es necesario enmascarar tanto y puedes fluir más). Honestamente, yo pensaba que le pasaba a todo el mundo, ¡y resulta que no!
29. Tu perfil de habilidades es irregular 💫
O sea, tienes una capacidad espectacular para ciertas cosas (por ejemplo, habilidades creativas, o aprendizaje rápido en ciertos temas) y otras que parecen de un nivel de dificultad menor, a ti te resultan imposibles (como hacer las tareas de la casa o un recado).
30. Tienes retos relacionados con las funciones ejecutivas 💫
(O sea, la memoria a corto plazo, planificarte y priorizar, organizar, iniciar y terminar tareas, regularte emocionalmente…). Es posible que tengas tus estrategias para hacer frente a estos desafíos, como apuntar todo en post-its, dejar siempre las llaves en el mismo sitio para no perderlas o planificar tu trabajo con la ayuda de tu equipo.
Algunos ejemplos son ir a la cocina y no recordar a qué ibas (esto le pasa a todo el mundo, pero no con la misma frecuencia), olvidar responder un email importante o ir a una cita médica, tener intención de cocinar pero entrar en parálisis por análisis, hacer mil tareas a la vez en un momento súper productivo y en otro no ser capaz de hacer nada, tener 18329 ideas al día pero no ponerte con ninguna, lanzarte a hacer o decir cosas de las que luego te arrepientes, o pasar de estar tranquilo a extremadamente frustrado en un segundo…
31. Te cuesta hacer algo cuando te sientes obligado/a a ello
¿Recuerdas esa sensación de cuando eres niño y vas a ordenar tu habitación cuando viene tu madre a decirte que lo hagas? Entonces, una sensación de rebeldía se apodera de ti y ya no quieres hacerlo.
Pues en neurodivergencia se conoce como evitación de la demanda, un fuerte deseo de mantener la autonomía.
32. Andas de puntillas
Esta característica se da en autismo especialmente, por diferencias sensoriales y de equilibrio. Pero también he observado un patrón (que no tengo absolutamente ni idea de por qué ocurre) en personas neurodivergentes con las posturas:
33. Tienes posturas atípicas
Te sientas o tumbas en el suelo, te balanceas en la silla, te sientas con una pierna en alto o cambias de postura cada poquito tiempo.
34. Pones las manos en posición T-rex y/o duermes sobre tu muñeca flexionada
Esta señal es de lo más… aleatoria, pero de nuevo, es un patrón que he observado muchísimo. Algunas teorías dicen que es por la hipermovilidad asociada a muchas neurodivergencias; otras que es por los frecuentes manerismos (movimientos con las manos).
35. Te cuesta saber qué estás sintiendo y ponerlo en palabras
Se llama alexitimia, y no quiere decir que no sientas, sino se refiere a que, en el momento, te puede resultar difícil saber qué nombre poner a esa ola emocional. ¿Es alegría, ansiedad, nerviosismo o ilusión? ¿Es nostalgia, cansancio, tristeza o frustración? Quizá hayas hecho un profundo trabajo emocional, como yo, en terapia, escribiendo, meditando, trabajando la consciencia emocional… pero de base, ¡te es muy complicado!
Lo dicho, estas características no son criterios diagnósticos, y puedes cumplir alguna de ellas sin ser neurodivergente.
Eso sí, si te reflejas en muchas de ellas y tienes sospecha de que algo puede estar pasando, te recomiendo escuchar el episodio de podcast Qué hacer si crees que puedes ser neurodivergente o leerlo aquí.
Si quieres ver más contenido de neurodivergencia, te invito a seguirme en Instagram. ¡Gracias por llegar hasta aquí!
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